El tratamiento del dolor requiere de un inminente cambio de un modelo de atención BIOMÉDICO (trata el dolor en la persona) a un modelo de atención BIOPSICOSOCIAL (trata a la persona con dolor). Para lograr este cambio de modelo de atención, debemos empezar por cambiar nuestro entendimiento sobre la neurociencia del dolor.
Cambiar una idea no es tarea fácil y mucho menos en el ámbito de la salud ya que esas ideas son las que rigen nuestros tratamientos. Como profesional de la salud al estudiar la neurociencia del dolor te enfrentarás a lo que en psicología se conoce como DISONANCIA COGNITIVA (tensión o incomodidad por la existencia de dos ideas contradictorias). A la par que te enfrentarás con muchos dilemas como: “Lo que hago actualmente, funciona. ¿Por qué cambiar?”, “He tratado el dolor de mis pacientes durante 30 años, ¿qué más podría aprender?”.
Los profesionales de la salud vivimos en una falsa dicotomía donde nos han hecho escoger entre experiencia clínica o la evidencia científica como lo más importante al momento de prescribir tratamientos. En realidad no es necesario escoger, debemos tener la capacidad de combinarlas y sumar los valores y preferencias de cada paciente, para así realmente entender a la persona con dolor y tratarlo de manera integral.
Estudiar la neurociencia del dolor requiere de un gran compromiso por parte de todos los profesionales de la salud, pero sobretodo de una gran capacidad de cambio hacia tu entendimiento actual sobre el dolor y su tratamiento.