El dolor y el amor tienen más similitudes de las que podríamos imaginarnos. Ambas son experiencias únicas, personales y siempre reales para la persona que las experimenta. Nadie puede negar tu amor hacia otra persona como nadie puede negar el dolor que experimentas.
Las experiencias no se pueden enseñar, se pueden descubrir y experimentar. De ahí la frase “Nadie te enseña como amar” como nadie te enseña a sentir dolor. El amor y el dolor dependen de muchos factores, no existe un estímulo específico que nos haga experimentar amor o dolor. “El amor no viene de los genitales, como el dolor no viene de los tejidos” David Butler. En otras palabras, no existe una relación 1:1 entre el amor y los genitales, y entre el dolor y los tejidos, sin embargo, son parte de un conjunto de estímulos que pueden contribuir a una experiencia amorosa o dolorosa.
El amor puede experimentarse de muchas maneras y cada una es única; te aseguro que es muy diferente el amor que sientes por tus padres, por tu pareja, por tus hijos, por tus abuelos y por tu mascota. Cada uno tiene contextos y estímulos diferentes que te hacen descubrir cada día el amor que tienes por cada uno de tus seres queridos. Lo mismo ocurre con el dolor, lo puedes experimentar de muchas maneras, cada experiencia de dolor es única y depende del contexto, a veces mucho más de lo que logramos hacerlo consciente. Me atrevo a decir que el dolor y el amor son los grandes protectores de la vida, que nos ayudan hacernos conscientes de nuestra existencia, porque no son la respuesta, sino son la pregunta constante a nuestra existencia. No me dejarán mentir todos nos hemos hecho estas preguntas alguna vez ¿Por qué me duele? ¿Por qué amo a tal persona?
Un amor sobreprotector es igual de incapacitante que un dolor sobreprotector, así como en el amor tenemos que aprender y entender que somos seres individuales que hemos tomado la decisión de compartir experiencias de vida, pero no de vivir las experiencias por la otra persona. Cuando un dolor nos sobreprotege por mucho tiempo nos impide experimentar la vida y es donde tenemos que descubrir cuál es el mensaje detrás de ese dolor para poder modificar conductas, hábitos, movimientos, pensamientos y más.
Probablemente, la gran mayoría hemos experimentado o estamos experimentando un amor o dolor sobreprotector, lo cual nos puede llevar a sentirnos estancados. Pero este estado no es inmodificable, ambas son experiencias modificables y cambiantes, ya que al ser preguntas tú decides las respuestas. No hay respuestas fijas ni equivocadas en el amor y el dolor, son experiencias que requieren un descubrimiento constante y personal.
«El Dolor No Se Bloquea Se Entiende»
